Cádiz se alió y rindió a los pies de Roma en el 205 a.C., cuando pasó a llamarse Gades y se moldeó como la monumental ciudad que pronto adquirió el estatuto de civitas foederata o ciudad federada de Roma. Este privilegio la impulsó económicamente, manteniendo su incondicional espíritu comerciante y acuñando su propia moneda. Se reforzaron las comunicaciones con el resto de Hispania y la capital del imperio, se construyó la Vía Hercúlea y la Vía Augustea y la huella de aquella importante orbe sigue patente en la capital y en otros puntos de la provincia gaditana, donde se crearon importantes ciudades. Descubra en esta guía las 10 huellas romanas de Cádiz